Objetivo:
·
Ofrecer un momento de “Encuentro con Dios”, que interpele a los jóvenes y anime a
cuestionarse su vocación.
·
Ofrecer recursos que ayuden al discernimiento.
Tiempo:
45´ a 1 hr.
Materiales:
·
Biblia.
·
Imagen de Jesús orando.
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Tarjetas con frases.
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Música instrumental suave, cancionero vocacional.
·
Vela.
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Frase para colocar en la capilla.
(EL ENCUENTRO)
Animador: Con
alegría nos disponemos a celebrar junta/os este tiempo de gracia en el que Dios
nos invita a ofrecer un espacio de conocimiento personal y también puedan
conocernos y descubrir el llamado de Dios para sus vidas.
1° Momento: Dinámica
integradora.
Tiempo: 5´ a 10´ (según el N° de participantes).
Dinámica:
PEDRO LLAMA A PABLO
El
objetivo de esta dinámica es lograr que los miembros del grupo graben los
nombres de sus compañeros y logren, memorizar rostros y actitudes divertidas de
los participantes.
Se
forma un círculo con los participantes, todos ellos sentados. El animador que
está a la cabeza comienza diciendo su nombre y llamando a otro jugador,
ejemplo: "Pedro llama a María",
María
responde "María llama a Juan", Juan dice "Juan llama a
Pablo", etc.
El
que no responda rápido a su nombre paga prenda que puede ser: contar un chiste,
bailar con la escoba, cantar.
Animador: así vamos entrando en un clima de confianza entre
nosotros que nos permita poder compartir experiencias y animarnos a orar
también por los demás.
2° Momento: “La Respuesta al Llamado”
Tiempo: 15´
Animador:
La
Palabra de Dios siempre es eficaz y renovadora, siempre nos dice algo que nos llega al corazón.
Hoy estamos aquí porque alguien nos ha llamado,
nos invita a recorrer un camino quizá poco conocido o tal vez nunca transitado.
Reconocer la voz de Dios nos abre el corazón para responderle.
Hoy
tiene mucho para decirnos, dispongamos nuestros corazones para escucharlo.
Lectura
Bíblica: Is. 6,8. (El llamado de Isaías)
“Yo oí la voz del Señor
que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Yo respondí: ¡Aquí
estoy, envíame!”.
Silencio.
Animador: Es bueno que podamos cuestionarnos:
¿A
quién le respondimos el llamado? ¿Por qué?
¿Qué
vengo a ofrecerle?
¿Qué
me dio esa seguridad para estar aquí hoy?
¿Qué
es lo que me llama más la atención?
Cantamos: “A veces me pregunto porque yo”
Dejamos
un tiempo prudente para reflexionar las preguntas para luego compartirlas en
plenario.
3°
Momento: “El Encuentro”.
Tiempo: 35´ Aprox.
Se
invita a los jóvenes a entrar en la capilla o lugar preparado para la ocasión,
en el lugar colocamos una tela en el piso, la imagen de Jesús orando, la
Palabra, la frase y la vela, de manera que quede en el centro y que todos puedan observar.
Se
entrega a cada joven una tarjetita con la fase:
“Entre en el templo de su alma; póngase allí
en silencio y escuche la voz de su Rey” Fco. Palau.
Luego se van acomodando en ronda y en silencio (se
puede colocar una música suave)
Animador: Este es el momento en el que ya dispuestos a
ir al Encuentro con el Señor que nos
llama, y con la certeza de sabernos amados por Él, nos acercamos con confianza.
La
oración es la puerta que nos lleva a Dios, así lo dice Santa Teresa de
Jesús, la que nos permite entrar en
nuestro interior y desde allí escuchar la voz de Dios.
Cada
uno va a ir meditando la frase de la tarjeta y buscara escuchar lo que Dios
tiene para decir.
Animador: Jesús, es Maestro original:
mantuvo con sus discípulos una relación profunda. Hoy también a nosotros nos
invita a estar aquí con la misma confianza, teniendo en cuenta que:
·
Los discípulos no escogieron al Maestro, “Jesús subió
a la montaña y llamó a los que Él quiso,
y ellos fueron a Él” (Mc 3,13).
·
“No me
escogieron ustedes a mí, sino que yo les escogí a ustedes” (Jn
15,16).
Ellos no aprendieron el cumplimiento
de la voluntad de Dios a través de la Ley, sino a través del contacto con su
persona. Los discípulos han de estar en actitud de escucha de la palabra de su
Maestro Jesús; deben dejarse transformar por ella.
Cantamos: “Jesús, estoy aquí”
Silencio.
Oración
para reflexionar:
Jesús, estoy aquí, en este momento frente a Vos para pensar un
poco en la vida, en los demás, en mí, en tantas cosas que me dan vueltas en la
cabeza y no logro entender.
Quisiera hacer grandes cosas por Vos, por los demás, para que mi camino por la vida no me resulte vano.
Yo sé que en Vos está la Vida y la Verdad y por eso vengo para beber en la única Fuente capaz de apagar mi sed.
Hoy quisiera pedirte de modo especial por este sentimiento que percibo en el interior de su corazón, tu llamada.
Sé que Sos el tesoro por el cual vale la pena dejar todo.
Quisiera hacer grandes cosas por Vos, por los demás, para que mi camino por la vida no me resulte vano.
Yo sé que en Vos está la Vida y la Verdad y por eso vengo para beber en la única Fuente capaz de apagar mi sed.
Hoy quisiera pedirte de modo especial por este sentimiento que percibo en el interior de su corazón, tu llamada.
Sé que Sos el tesoro por el cual vale la pena dejar todo.
Yo no sé qué respondería si
comprendiera tu llamada.
Lo único que te pido es: generosidad, valor, audacia y fe. Solo Vos Sos capaz de llenar una vida, de darle sentido, de hacerla fructificar, permitirme que abra de par en par las puertas al amor que manifestás. Dame la gracia según tu corazón, moviliza todo mi ser para que no vacile en dejar tus redes cuando Vos, posando sobre mi tu mirada, te detengas a la ribera de mi vida, pronuncies mi nombres, y con tu palabra intensa digas con suavidad firme: «Sígueme».
Lo único que te pido es: generosidad, valor, audacia y fe. Solo Vos Sos capaz de llenar una vida, de darle sentido, de hacerla fructificar, permitirme que abra de par en par las puertas al amor que manifestás. Dame la gracia según tu corazón, moviliza todo mi ser para que no vacile en dejar tus redes cuando Vos, posando sobre mi tu mirada, te detengas a la ribera de mi vida, pronuncies mi nombres, y con tu palabra intensa digas con suavidad firme: «Sígueme».
Cantamos:
Ven y sígueme.
Animador: Jesucristo,
estaba esperando este momento desde hace mucho tiempo. Necesitaba un rato a
solas para hablar Vos y, sobre todo, para escucharte. Le has abierto tu corazón
y has dejado que te invada, si sos sincero, Él no dejas de enviarme sus
mensajes, y lo que pasa es que no siempre lo queremos recibir. A veces los
ahogo con música, con amigos, con ruido. En cambio, cuando llega su invitación serena, se inunda el corazón de
luz y de paz: «Sígueme».
En lo profundo de tu
conciencia percibís esa invitación, el corazón se estremece pues sé que entre
muchos, has puesto su mirada en vos.
Pero, ¿por qué, Señor, por qué a mí? ¿Qué
tengo yo de especial para que me llames a seguirte, a ser tu discípulo
predilecto? Y es entonces cuando resuena otra vez la voz de Jesús diciendo: «No
son ustedes los que me han elegido, Soy yo quien los ha elegido».
Cantamos:
Salmo 138. (Se puede recitar)
Animador: Jesús
Vos me atraes con una fuerza especial sos
mucho más que cualquier persona o cosa en este mundo. Me atrae tu personalidad,
tu generosidad, tu ternura, la mansedumbre de tu corazón, la grandiosidad de tu
Reino. Sé que a tu lado encontraré
felicidad, que apagarás mi sed de eternidad, que con Vos dejaría huellas indelebles a mi paso por este mundo,
haciendo el bien en tu nombre.
Pero, me da miedo lanzarme
a una aventura en la que me juego todo aunque también sé que lo puedo ganar
todo. Dame generosidad para cortar las amarras que me atan a la orilla y me
impiden lanzarme al mar del mundo. Dame valentía, dame fuerza. Sé que no tendré
nada más que tu voz que no dejará de
oírse en el interior de mi alma «Sígueme».
Será tu invitación
imperturbable. Te seguiré, Señor. Te seguiré, adondequiera que vayas y me
lleves. Iré contigo llevando mi cruz y resucitando con Vos para salvar al mundo. Sólo te pido tres cosas:
dame fe, dame generosidad, dame valor; en pocas palabra, enseñame a amar.
Cierre: con la
certeza de haber escuchado la Voz del Señor, te animo a que vayas a
donde te llame y abras puertas en su Nombre, animate a ser Apostol y seguirlo
con valentia.
Animador: Para
finalizar este momento de encuentro con el Señor, nosanimamos a darle gracias
por lo que experimentamos en su presencia. Los invito a que brevemente podamos
expresarle a Dios nuestra gratitud.
Cantamos: A María,
madre de las vocaciones.