Esta ha de ser una virtud fundamental para la vida y consagración de una hija de Francisco. Puesta bajo su paternal consejo, y teniendo en cuenta nuestra frágil condición, es de vital importancia para la entrega y el servicio, a fin de acoger alegres la voluntad de Dios.
Palabras de Francisco:
“Yo ando seguro fiado a su Paternal solicitud. Te digo esto para que tú también te abandones a su providencia. ¡Cuán bien cuidado está quien se fía de Dios!...ocúpate en la oración de adquirir esa confianza…dejemos que Dios nos cuide, que nos gobierne, que nos guíe y esta confianza nos cubrirá contra las horribles zozobras, ansias y temores que nos asalten, procedentes de nuestras propias ilusiones. (Cta. 28/X/1860)
Intenciones: espontáneas, respondiendo:
“Que viva la confianza de tu amor”
Rezamos un Padre nuestro; Ave María; Gloria.
Finalizamos: Oración a nuestro P. Fundador.
Cantamos a María.