lunes, 1 de noviembre de 2010

Cuarto día

Tema: Dios y los prójimos, objeto de misión.


Intención del día: Francisco Palau descubrió en la Iglesia, (“Dios y los prójimos”) el objeto de su misión; ella es para él, infinitamente bella y amable. A la Carmelita Misionera, al igual que al padre Francisco, el amor del Cristo total le urge. Su misión está poblada y penetrada de pasión por los hombres. Es en la misión donde está permanentemente invitada a ser palabra profética en el interior de la Iglesia y del mundo desde la fraternidad. Asume la inculturación del Evangelio como exigencia del carisma.
Pidamos al Señor que ésta también sea nuestra vivencia interior diaria, manifestada en la acción y cultivada en la oración.

Iluminación Bíblica:

“El Rey dirá a los de la derecha: vengan, benditos de mi Padre, a recibir el Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, era peregrino y me recibieron, estaba desnudo y me vistieron, estaba enfermo y me visitaron, estaba encarcelado y me vinieron a ver…
Les aseguro que lo que hayan hecho a uno solo de estos, mis hermanos menores, me lo hicieron a mi” (Mt. 25, 40)
“Gratuitamente han recibido, gratuitamente deben dar” (Mt. 10, 8b)

 Meditación:

“Mi misión se reduce a anunciar a los pueblos que tu –Iglesia- eres infinitamente bella y amable, y a predicarles que te amen. Amor a Dios, amor a los prójimos: éste es el objeto de mi misión. Y tú eres los prójimos formando en Dios una sola cosa”. (MR. P.341)


Silencio, reflexión personal.

Oración final: