1ª Semana de Adviento
Lunes, 30 de noviembre
SAN ANDRÉS APÓSTOL
“Venid y seguidme” (Mt 4,19)
Comienza el Adviento con una fuerte invitación a seguir a Jesús. Jesús siempre está llamando. Su llamada convierte a cada persona en única, irrepetible, nueva, santa. Acoge en tu corazón la presencia de Jesús, entra en su órbita, teje con él una historia de amistad.
Espíritu Santo, aviva la llama en mi corazón, así el amor guiará mis pasos.
Martes, 1 de diciembre“Te doy gracias, Padre,... porque has revelado estas cosas a la gente sencilla” (Lc 10,21)
A Jesús le brota la alegría a borbotones, y la deja correr a su alrededor como hace la fuente con el agua. Es la primera vez que los suyos realizan algo que responde a la acción del Espíritu: han ayudado a los caídos a recuperar su dignidad. La desconcertante experiencia de Dios, traducida en mil gestos de servicio a los demás, que posee la gente sencilla es un tesoro para la Iglesia.
Me acerco despacio a las personas y me dejo sorprender por las maravillas que el Espíritu recrea en ellas cada día. Me alegro y alabo a Dios por todo ello.
Miércoles, 2 de diciembre“El los curaba” (Mt 15,30)
¡Cómo se adueñan las heridas de las personas y de los pueblos! Pero la semilla del amor que Jesús siembra en la tierra es más honda que las heridas y el llanto. Jesús sana las heridas. Pon en sus manos tus actividades inútiles, tu agitación interior, tus preocupaciones, tu dolor y el de la humanidad.
Jesús, tú eres el manantial donde bebo, tú la roca donde descanso, tú la alegría que sana mis heridas.
Jueves, 3 de diciembre“Entrará en el reino de los cielos el que cumple la voluntad de mi Padre” (Mt 7,21)
El proyecto de Dios consiste en que toda la humanidad beba con abundancia en las fuentes de su amor. Pero hay todavía muchos corazones cerrados, enfrentados. Abre tus manos y di varias veces: “Hágase tu voluntad”.
¿Cómo cumpliré hoy, Padre mío, tu voluntad? Me pondré en tus manos. Esperaré que se cumpla tu proyecto. Te diré confiadamente amén.
Viernes, 4 de diciembre“Que os suceda conforme a vuestra fe” (Mt 9,29)
La fe está escondida, como el manantial de donde salen las fuentes. Cuando alguien realiza gestos sencillos y pronuncia palabras de verdad, la fe sale a la luz. Antes de iniciar la jornada busca en tu interior tu fondo creyente. Que tu fe sea cada día la antesala de la vida.
¿Mi estilo de vida? El que sólo se explique si Tú estás en medio.
Sábado, 5 de diciembre
“Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis” (Mt 10,8)
Las palabras de Jesús nos invitan a abrir de par en par el corazón a la gracia. Florece nuestro corazón cuando dice gracias. Cuanto más se extiende la gratuidad más espacio le estamos robando al mal. El encuentro con la gracia nos lleva a la comunión con todos esos hombres y mujeres, que toman conciencia y se unen para luchar contra todo tipo de injusticia, buscando que los pobres tengan palabra, sitio y tarea en la comunidad de todos.
Invoca al Espíritu para que te ayude a descubrir los dones que tiene y te muestre lo que espera de ti para bien de todos.
SAN ANDRÉS APÓSTOL
“Venid y seguidme” (Mt 4,19)
Comienza el Adviento con una fuerte invitación a seguir a Jesús. Jesús siempre está llamando. Su llamada convierte a cada persona en única, irrepetible, nueva, santa. Acoge en tu corazón la presencia de Jesús, entra en su órbita, teje con él una historia de amistad.
Espíritu Santo, aviva la llama en mi corazón, así el amor guiará mis pasos.
Martes, 1 de diciembre“Te doy gracias, Padre,... porque has revelado estas cosas a la gente sencilla” (Lc 10,21)
A Jesús le brota la alegría a borbotones, y la deja correr a su alrededor como hace la fuente con el agua. Es la primera vez que los suyos realizan algo que responde a la acción del Espíritu: han ayudado a los caídos a recuperar su dignidad. La desconcertante experiencia de Dios, traducida en mil gestos de servicio a los demás, que posee la gente sencilla es un tesoro para la Iglesia.
Me acerco despacio a las personas y me dejo sorprender por las maravillas que el Espíritu recrea en ellas cada día. Me alegro y alabo a Dios por todo ello.
Miércoles, 2 de diciembre“El los curaba” (Mt 15,30)
¡Cómo se adueñan las heridas de las personas y de los pueblos! Pero la semilla del amor que Jesús siembra en la tierra es más honda que las heridas y el llanto. Jesús sana las heridas. Pon en sus manos tus actividades inútiles, tu agitación interior, tus preocupaciones, tu dolor y el de la humanidad.
Jesús, tú eres el manantial donde bebo, tú la roca donde descanso, tú la alegría que sana mis heridas.
Jueves, 3 de diciembre“Entrará en el reino de los cielos el que cumple la voluntad de mi Padre” (Mt 7,21)
El proyecto de Dios consiste en que toda la humanidad beba con abundancia en las fuentes de su amor. Pero hay todavía muchos corazones cerrados, enfrentados. Abre tus manos y di varias veces: “Hágase tu voluntad”.
¿Cómo cumpliré hoy, Padre mío, tu voluntad? Me pondré en tus manos. Esperaré que se cumpla tu proyecto. Te diré confiadamente amén.
Viernes, 4 de diciembre“Que os suceda conforme a vuestra fe” (Mt 9,29)
La fe está escondida, como el manantial de donde salen las fuentes. Cuando alguien realiza gestos sencillos y pronuncia palabras de verdad, la fe sale a la luz. Antes de iniciar la jornada busca en tu interior tu fondo creyente. Que tu fe sea cada día la antesala de la vida.
¿Mi estilo de vida? El que sólo se explique si Tú estás en medio.
Sábado, 5 de diciembre
“Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis” (Mt 10,8)
Las palabras de Jesús nos invitan a abrir de par en par el corazón a la gracia. Florece nuestro corazón cuando dice gracias. Cuanto más se extiende la gratuidad más espacio le estamos robando al mal. El encuentro con la gracia nos lleva a la comunión con todos esos hombres y mujeres, que toman conciencia y se unen para luchar contra todo tipo de injusticia, buscando que los pobres tengan palabra, sitio y tarea en la comunidad de todos.
Invoca al Espíritu para que te ayude a descubrir los dones que tiene y te muestre lo que espera de ti para bien de todos.