sábado, 1 de octubre de 2011

9º día de la Novena a Sta Teresita: “Los sacerdotes y los misioneros”



Lectura del santo Evangelio según Mateo (28, 18-20)
Jesús se acercó a ellos y les dijo: “Todo poder me ha sido dado en el cielo y en la tierra. Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; enséñenles a guardar todo lo que les he mandado y sepan que estaré con uds, hasta el fin del mundo.”


Iluminación de Teresita
Tanto los sacerdotes como los misioneros encarnan el deseo de Teresita desde su clausura: “Lo sabes, Señor,  mi única ambición es la de hacerte conocer y amar…” “Tengo la vocación de apóstol… Yo desearía recorrer la tierra entera, predicar tu santo nombre, y plantar sobre el suelo infiel tu Cruz gloriosa… desearía ser misionero, no sólo durante algunos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo y seguir siéndolo hasta la consumación de los siglos…”. “Ayudaré a los sacerdotes,  ayudaré a los misioneros, ayudaré a toda la Iglesia (13 Julio 1897)

 
Teresita no tuvo Hnos. varones, pero anhelaba un hno sacerdote, y Dios le concede esta  gracia por medio de un hno espiritual, por quien reza, intercambia correspondencia con él, etc. ¡Oh, Jesús mío!, te doy las gracias por colmar uno de mis mayores deseos: el de tener un hno sacerdote y apóstol…Muy digna soy de este favor; sin embargo, puesto que te dignas conceder a tu pobrecita esposa la gracia de trabajar especialmente en la santificación de un alma destinada al sacerdocio, te ofrezco por ella todas las oraciones y los sacrificios de que puedo disponer…yo no puedo más que orar y sufrir , pero el alma a la que te has dignado unirme con los lazos de la caridad irá a combatir en la llanura para conquistarte corazones, mientras yo, en la montaña del Carmelo, te suplicaré que le concedas la victoria”
En su autobiografía dice: “He venido al Carmelo para salvar almas y, sobre todo, rezar por los sacerdotes”.

                                                                                     
Reflexionemos
1. ¿Por qué Teresita valoraba tanto a los sacerdotes y misioneros?
2. Todos somos misioneros desde el bautismo ¿he cumplido con este ministerio dentro de la Iglesia?
3. ¿Oro por mi Obispo, los sacerdotes y misioneros dispersos por el mundo?
4. ¿Qué me falta para ser misionero? ¿Quién puede ayudarme?