jueves, 9 de julio de 2009

MONTAÑISMO JUVENIL

Objetivo: Brindar a los jóvenes la oportunidad de caminar, de escalar, reflexionando sobre su realidad, su puesto en la sociedad y en la Iglesia, su vocación, su compromiso responsable a partir de pequeñas construcciones sociales en el intercambio con los otros.

Ruta a elección

Primer momento: Sensibilización.

* Bienvenida al grupo: cantos y dinámicas

* Distribución de distintivos

* Integración de los grupos

* Explicación de la jornada.

Dinámica Inicial.

Ø Invitar a los jóvenes a que se sienten en el piso.

Ø Colocar la canción (Cantata Ecológica) u otra que invite a los jóvenes a cuestionarse sobre su misión en este mundo.

Ø Al terminar la canción, dejar un rato de silencio, motivando para que lo escuchado haga eco. Previamente se han designado varios jóvenes para que griten las siguientes expresiones desde el lugar donde están:

Voces de jóvenes:

Ciertamente, hoy como ayer, seguimos encadenados a una serie de males, de hilos que nos atan y no nos dejan ser libres…

Todos llevamos dentro nuestra propia historia y… creemos en algo o no creemos en nada.

Joven, despierta, es tu hora, estás llamado a la vida, sí a la vida…

Todos llevamos en nuestro corazón semillas de vida.

Joven, levántate aporta tus ganas de vivir, rompe las cadenas que te atan, sé libre, vive, vive, vive…. (Se invita a todos para que sigan el eco de esta expresión, vive, vive…)

Canto: Todo en esta vida (Cancionero Semana Vocacional)


Reflexión en pequeños grupos:

¿Qué es para vos la vida?

¿Te gusta vivir?

¿Por qué o por quién vives?

¿Querés vivir?


Segundo momento: Profundización.

Vamos a emprender este camino, cuando caminemos, pensemos en que la vida nos ofrece una maravillosa oportunidad para dejar escapar las chispas de ilusión, elevar nuestros sueños, soltemos nuestros globos de deseos, de esperanza, de gozos y alegrías, caminemos, disfrutemos la jornada con las ganas de los jóvenes enamorados de la vida, sedientos de libertad, apasionados por el amor, dispuestos a escuchar a Dios.

Abramos nuestro espacio para él, el Creador, dejemos que Dios nos hable a través de lo sencillo y simple, escuchemos la vida que brota dentro.

Ø Este primer tramo del camino lo haremos en parejas, con esa persona que va a nuestro lado vamos a compartir lo que va haciendo eco en cada uno, desde que hemos emprendido la marcha, compartiremos la reflexión que cada uno ha hecho sobre la vida, sobre el sentido de vivir…


Primera parada: Listos para el camino

Al llegar al lugar de la primera parada, algunas parejas expresan la reflexión compartida por el camino.

Formamos los grupos de caminantes. Cada grupo recibirá un bolso cerrado con diferentes elementos.

Grupo 1: Elementos de primeros auxilios

Grupo 2: algunas cosas para comer: galletas, caramelos,

Grupo 3: cuerda, toalla, agua.

Grupo 4: mapa, plano del recorrido, señales del camino

Grupo 5: Biblia, velas, fósforos

Ø Cada grupo se reúne deben colocar nombre al grupo, crear una porra caminera, o un estribillo para cantar relacionado con su nombre y recibe el bolso, se entera del contenido y lee la pista o mensaje que contiene.

Ø Seguimos avanzando, en este trayecto del camino, cada grupo debe equiparse de los diferentes elementos que tienen los otros grupos, es decir debe negociarlos, convencer al grupo que le comparta, intercambiar, hasta lograr el bolso completo, se sugiere enviar un mensajero a cada lugar para que sea el que interceda por el grupo.

Ø Para llegar a la siguiente parada todos los equipos deben tener el bolso completo.

Segunda parada: Las máscaras que llevamos nos impiden ver la realidad.

Hacemos resonancia de lo vivido, qué importancia le vemos a esto que hemos realizado para equiparnos en el camino, llevamos nosotros lo necesario para este camino de la vida? ¿Qué nos falta? ¿Cómo nos ayudan los otros? (compartir un momento estas inquietudes)

En esta segunda parada queremos reconocer que no vamos solos por la vida, van los demás con nosotros, tenemos que reconocer su presencia. También los acontecimientos y situaciones cotidianas acompañan nuestra ruta, pero no siempre caemos en la cuenta de ellos, porque no nos dejamos ver, encerramos nuestra realidad, o mejor la disfrazamos y negamos la posibilidad de aportar algo nuevo a la realidad del otro. Nuestra reflexión en esta parada será sobre las máscaras que llevamos puestas.

Como jóvenes llegó la hora de reconocer que a lo largo de nuestra vida llevamos múltiples máscaras que no permiten descubrir la verdad de lo que somos y la verdad que nos rodea. Hoy vamos a reflexionar sobre la máscara, sí esa que cada uno lleva en el rostro y sobre todo en el corazón.

La máscara es la que llevo diariamente al colegio, a la universidad, al trabajo, la que me pongo en casa, la que muestro a mis amigos. La máscara es toda la apariencia que hay en mí. Todas mis falsedades, mis engaños. Llevo puesta una máscara que oculta lo que soy, que me permite confundirme en la masa, que me da la oportunidad de representar diferentes papeles, de acuerdo con las situaciones y los problemas. Llevo puesta una máscara y está tan adherida a mí piel, que muchas veces me olvido quién soy en realidad.

(Se reparten las máscaras)

Mientras tanto se invita a cuestionarse: ¿Cuál es mi máscara? ¿Qué escondo detrás de ella? ¿Qué busco cuando me coloco determinadas máscaras?

La verdad es que le he cambiado el nombre a las cosas, también he puesto máscaras a las realidades: llamo felicidad al placer rastrero, llamo amor a la dependencia afectiva que tengo de alguien, llamo noviazgo a la relación superficial, llamo amistad a esa extraña camaradería en la que difícilmente hay cariño y respeto, llamo familia al hotel en el que vivo y a esas personas que están a mi lado, pero que casi no las tengo en cuenta.

Llamo grupo de amigos a ese círculo de compañeros con los que vivo de las burlas, los recelos, las desconfianzas, hipocresías y superficialidades. Y, con esas cosas a las que les he cambiado nombre, pues el ambiente social, mis amigos, mi familia, mi educación me han enseñado a cambiarle el nombre, mi vida se me ha vuelto mentira, una inmensa mentira, disfrazada de realidad.

Ø Caminar con las máscaras en el rostro hasta la siguiente parada.

Tercera parada: Quiero ser yo

Al llegar a esta parada, se invita a los jóvenes a estar en silencio y ponerle nombre a su propia máscara, invitarlos a compartir en voz alta. Cada grupo reunirse unos minutos y construir una consigna que invite a todos a luchar por la libertad y la autenticidad para poder responder al llamado del Señor. Luego cada grupo la grita en voz alta, invitando a los otros a gritarla, en la medida que cada grupo va compartiendo su consigna se despojan de las máscaras y las quemamos.

Ø Un joven proclama el siguiente texto: Sería bueno que el chico esté con su máscara aún o si se logra que esté vestido de mimo también podría ser.

Por favor, escucha lo que te digo: no te dejes engañar por mí. No te engañen mis apariencias, porque soy sólo una máscara. Tal vez mil máscaras, que me da miedo quitarme, aunque ninguna de ellas me represente. Aparento sentirme seguro, aparento ser la confianza personificada, poseer la calma como una segunda naturaleza, y no necesitar de nadie. Pero no me creas te lo ruego. Exteriormente puedo aparecer tranquila, sin embargo lo que ves es una máscara, debajo escondido, está mi verdadero yo.

Tengo miedo en el fondo de no valer nada y que tú me rechaces, entonces sigo con apariencia de seguridad por fuera y como un niño tembloroso por dentro. No me gusta esconderme, te lo confieso. Me encantaría ser espontánea, sincera, honesta, colaboradora, reflexiva, pero tienes que ayudarme. Tu puedes sacar la luz de mi vitalidad, quiero que sepas lo importante que eres para mí y el poder que tienes de hacer emerger la persona que soy. Basta con que lo quieras. Tu puedes derribar las barreras tras las que me refugio, tú puedes quitarme la máscara y liberarme de mi solitaria prisión. Ayúdame a quitarme mi máscara, pero con manos tiernas, porque dentro hay un niño muy frágil. ¿Quién soy? Soy alguien a quien conoces muy bien. Soy tú mismo.

Ø Invitar para que unos a otros se vayan quitando las máscaras y se van quemando para simbolizar la ruptura con este hombre viejo.

Ø Para continuar el camino nos organizaremos por parejas en la dinámica del ciego y el lazarillo, cuando se de la señal, el que hacía de ciego hace ahora de lazarillo, se cambia de papel.

Cuarta Parada: La oscuridad consecuencia de la falta de identidad.

¿Qué significó ir como ciego por el camino?

¿Qué significó hacer de lazarillo?

Escuchamos la reflexión de los jóvenes, como complemento leemos el texto de Teresita, en el camino de la vida vamos viviendo diferentes encuentros con el Señor, ellos van haciendo que nos despojemos de las máscaras, que nos liberemos de la ceguera, Teresita nos ilumina en este camino, invitándonos a dejarnos trasplantar por el Señor a una tierra más fecunda.

Ø Lectura del texto de Teresita: El Señor nos trasplanta al monte que es el Carmelo, el Señor siempre nos traspasa de lugar, nos ofrece plenitud, nos transforma desde dentro.

Ø Mientras caminamos a cada joven se le entregan un par de huellas.

Quinta parada: Caminamos hacia la libertad
En las huellas que cada joven ha recibido se les invita a escribir en cada huella, en una lo mejor que le ha pasado en su vida y en la otra una metida de pata, algo de lo que se arrepiente.

Ponemos en común nuestras huellas, compartiendo libremente lo que escribimos.

Cuando avanzamos ayudados por la fuerza del otro, el camino se hace más grato y construimos mejor el sendero, por eso este tramo del camino lo vamos a recorrer tomados de la mano, formando lazo de unión, unidos debemos avanzar, sin soltarnos, así hacemos comunión. Caminamos entonando cantos y gritando por grupos la consigna de cada uno.

Sexta parada: Construir, clave de la paz

Al llegar a esta parada nos organizamos por grupos y observando lo que nos rodea, vamos a construir algo utilizando los recursos de la naturaleza. Después de que cada equipo termine se comparte lo construido, qué se quiso expresar?, ¿por qué? Cómo nos sentimos? Cuál es mi aporte a la sociedad?

Caminamos hacia la próxima parada contemplando la naturaleza, cada uno elegir un elemento de ella que manifieste su momento, su realidad. (Si puede llevarlo, mejor)

Séptima parada: el mirar de Dios es amar

Compartir el elemento que hemos elegido.

Hemos caminado, hemos pensado, hemos construido, hemos compartido la vida, hemos descubierto horizontes nuevos, vamos sintiendo el cansancio, vamos a detenernos un momento para contemplar la obra del creador, el mensaje de nuestro Padre Dios, él nos habla desde la nube, desde el rayo, desde el viento que nos acaricia. Cada uno se sienta con libertad donde quiera y como quiera, escuchemos a Dios, sintamos la naturaleza, disfrutemos de lo que nos ofrece el paisaje… experimentemos su mirada amorosa, cómo nos ha amado a lo largo de nuestra vida… dejar un buen rato de silencio, si alguno quiere compartir invitarlo a hacerlo de manera espontánea ya sea en acción de gracias, o con un canto, etc

Escuchamos el eco y la resonancia de los jóvenes…

Luego, hacemos la dinámica del teléfono roto, para continuar el camino, vamos pasando el mensaje a cada uno en secreto, esperemos qué llega..

Frase: "Mi corazón fue creado para amar "

Octava parada: vocación, una cuestión de escucha

Compartimos la expresión que llegó hasta este lugar, cómo llegó? Es la original? Qué pasó en el camino… Pensemos que así es nuestra vida, muchas veces Dios nos habla al corazón, una, dos , tres, muchas veces, pero el mensaje se distorsiona, por que no queremos escuchar con atención, porque andamos por la vida distraídos, porque tenemos sucios los oídos del cuerpo y del espíritu, porque estamos centrados en otros intereses, y así podríamos hacer una lista de razones para no escuchar, pero Dios está ahí hablando a nuestro corazón, quiere que le atendamos, él no quiere interrumpir nuestro itinerario, nos da plena libertad, pero desearía que le prestaras atención siquiera un minuto y que algo le respondieras.

Hoy Dios tiene un mensaje para Vos, lo querés? Ahí va… leer un texto del Evangelio y entregar a cada uno un sobrecito con el msj. Hacia la siguiente parada qué le respondo hoy al Señor? Escribirlo en la otra tarjetita para la siguiente parada. (lo escribís cuando experimentes el eco en tu corazón…)

Novena parada: vocación una llamada a la solidaridad

Compartimos los mensajes.

Reflexión: Jóvenes animadores de la esperanza.

Entregar a cada uno la reflexión de la estrella verde, leerla y compartir la reflexión. Se entrega a cada uno una estrellita verde.

Finalizamos el camino, formando un gran círculo y abrazados oramos en voz alta el Padre Nuestro, como oración universal que nos une y hermana.

(Preparación: Hna Beatriz Mejía, cm)